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Foto del escritorPaola Cano

10 maneras de construir y mantener buenos límites


¿No estás segura de cómo crear límites o mantener eficazmente los existentes? He reunido algunos de los mejores enfoques que puede probar. Ojalá puedas aplicarlos y te funcionen tanto como a mi.


Disfruta de un poco de autorreflexión:

Para introducir y establecer con éxito los límites, es fundamental comprender por qué son importantes para ti y cómo beneficiarán a tu bienestar emocional. A menudo le pasan cosas a la gente y se siente incómoda, pero no sabe por qué. El primer paso para tener límites sanos en cualquier situación es dedicar tiempo a explorar lo que te ocurre.


Empieza con algo pequeño:

Si no tienes muchos límites ya establecidos, la perspectiva de introducir más puede parecer abrumadora, así que ve construyendo poco a poco.

Esto te permite llevar las cosas a un ritmo más cómodo y te da tiempo para reflexionar sobre si vas en la dirección correcta o si necesitas hacer algunos ajustes.


Establece los límites con tiempo:

A veces puede ser muy difícil empezar a poner límites, sobre todo en relaciones que ya existen. Si puedes poner límites desde el principio, es mucho más fácil trabajar con ellos.

Al establecer los límites y las expectativas desde el principio puede hacer que los sentimientos de dolor, confusión y frustración puedan disminuir.


Sé coherente:

Dejar pasar los límites puede llevar a la confusión y fomentar nuevas expectativas y exigencias entre los que te rodean. Intenta mantener la coherencia y la estabilidad. Esto ayuda a reforzar las creencias originales, y asegura que esas líneas permanezcan claramente establecidas.


Crear un marco:

La Dra. Quinn-Cirillo, psicóloga de The British Psychological Society, señala que los límites "varían según el tipo de relación". Sin embargo, si te resulta útil, no hay razón para no tener unos cuantos elementos básicos que puedan adaptarse en consecuencia.

Considera la posibilidad de tener una o dos horas de tiempo a solas cada fin de semana. Este límite puede aplicarse tanto si vives con tu pareja, como si tienes una apretada agenda social con amigos o si estás muy unida a tu familia.


Siéntete libre de añadir extras:

En algunos aspectos de nuestra vida, ya existen límites, como en el lugar de trabajo. Pero considera que esos límites son mínimos. Es probable que los compañeros tengan algunos propios, y está bien que tú también añadas algunos. Hacerlo puede incluso mejorar tu rendimiento. Los investigadores austriacos de Austrian researchers descubrieron que los empleados que introducían límites personales en el lugar de trabajo se sentían más capacitados.


Ten en cuenta las redes sociales:

Estas plataformas permiten más comunicación que nunca, pero también han fomentado una considerable difuminación de los límites. Esto hace que se produzca un increíble exceso de intercambio de información, y que a más de la mitad de nosotros nos preocupa que la familia y los amigos publiquen información personal o fotos que no queremos que se compartan públicamente.

Si consideramos que una acción concreta traspasa los límites en la vida real, tu preocupación no es menos válida cuando se produce en el ámbito digital. No tienes que exponerte a los medios sociales que te angustian.


Habla, habla y habla:

La comunicación es fundamental en el mundo de los límites, sobre todo si alguien sobrepasa constantemente los suyos. Si bien es necesario plantear tus preocupaciones, estas discusiones no tienen por qué ser confrontativas.

Por ejemplo, si tienes un amigo que te envía mensajes sin parar, podrías decir algo como: "Veo que realmente querías ponerte en contacto conmigo, pero lo mejor es que me envíes un mensaje y cuando esté desocupada me pondré en contacto contigo". De este modo, se pone en evidencia su comportamiento y, al mismo tiempo, estas poniendo un límite.


Sé tu mayor defensora:

Para que los límites tengan una base sólida, necesitas mostrarte un poco de amor. Si tienes una narrativa en tu cabeza que dice que no vales nada y que no lo mereces, entonces te va a resultar difícil poner límites que te protejan. Gran parte se reduce a la autoestima y al valor propio. Cuanto más te dediques a actividades que liberen hormonas del bienestar, como cantar, correr o lo que quieras hacer -cosas que alimenten tu propio corazón-, eso te ayudará a cambiar tu diálogo interno y a sentirte más merecedor.


Ganar algo de perspectiva:

No tener límites puede ser perjudicial para nuestra salud mental, pero ir demasiado lejos y pensar demasiado en ellos también puede afectar a nuestro bienestar emocional.

Consigue un nivel de pensamiento saludable sobre los límites. Ten algunos pero no te dejes dictar por ellos. A veces hay que dejarse llevar por el instinto. Podemos olvidar que, en realidad, somos bastante buenos para navegar por la mayoría de las cosas y somos bastante intuitivos como seres humanos.


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