¿Te preguntas cómo lidiar con pensamientos intrusivos? Primero, echemos un vistazo dentro de la naturaleza de los pensamientos en sí.
Es seguro decir que cada pensamiento que alguna vez has tenido nunca ha sido un hecho concreto. Los pensamientos son subjetivos a nuestra situación, nuestra perspectiva, y a veces, no tienen sentido. Cuando tienes un pensamiento positivo, por ejemplo, “Estoy super emocionada por mi cumpleaños la próxima semana”, te podrías sentir temporalmente emocionada o alegre, pero el momento pronto pasará y antes que te dés cuenta, ya pasaste a otro pensamiento.
Entonces, ¿por qué mantenemos unos pensamientos más tiempo que otros?
Los pensamientos pueden producir reacciones positivas, neutrales o negativas, y estas tienden a venir de los ideas internas en las que creemos como verdaderas sobre nostras o sobre el mundo.
Nuestros pensamientos pueden ser automáticos, repetitivos, negativos o creíbles. Entonces, ¿qué son exactamente los pensamientos intrusivos?. Podemos referirnos a los pensamientos intrusivos como "imágenes de amenaza". Muchas personas en algún punto de sus vidas han tenido un pensamiento aleatorio como "¿qué pasaría si salto de este puente?" o "¿qué pasaría si empujo a esta persona por el borde?."
Los pensamientos intrusivos son palabras o imágenes amenazantes que se enfocan en situaciones aterradoras o indeseadas.
Es tu cerebro alertándote sobre posibles peligros en tu entorno, y a veces puede ser muy útil. Mientras que tú puedas fácilmente descartar algunos pensamientos que no te ayudan con tan solo un "mmh, me pregunto de dónde salió eso", en otros contextos, los pensamientos intrusivos pueden ser particularmente desagradables y perturbadores, llegando a causar estrés significativo.
Estos pensamientos suelen quedarse atascados en tu cabeza ya que los encuentras inaceptables o impensables de alguna manera.
Tipos comunes de pensamientos intrusivos incluyen:
Pensamientos sobre herirte o a alguien más (incluyendo el miedo de voluntaria o involuntariamente herirte o a un ser querido puede resultar en una desconfianza propia al estar cerca de objetos cortantes o cosas que puedan hacer daño).
Pensamientos sexuales (incluyendo el miedo de estar sexualmente atraído a menores, miembros de tu familia o asuntos relacionados a la orientación sexual).
Los pensamientos pueden parecer violentos y podrían no reflejar la intención verdadera de no querer actuar sobre esos pensamientos. Sin embargo, te podría preocupar que en el fondo debe haber una razón por la cual piensas eso o que tal vez sí quieres actuar sobre esos pensamientos.
Así que, ¿cómo manejamos los pensamientos intrusivos?
Conoce que los pensamientos no son hechos: Es crucial reconocer que estos pensamientos, aunque incómodos, estresantes o molestos, son solo eso. Pensamientos. No son hechos. Trata de no asignarles importancia. Estos pueden ir y venir, así como cada otro pensamiento que alguna vez hayas tenido. Pueden ayudar las técnicas de la terapia de aceptación y compromiso.
Recuerda: Hay una diferencia entre pensamientos e intención
Solo porque alguien tiene pensamientos sobre algo, no significa que vaya a actuar acorde a ellos. Debes aprender la diferencia.
Desarrolla tus habilidades de tolerancia al estrés: Si te sientes capaz (cerciorándote que estás en un ambiente seguro) puedes aprender a vivir con el estrés. En vez de tenerle miedo y luchar contra las emociones incómodas, y desesperadamente tratar de deshacerse de ellas, podemos aprender a aceptar que la emoción es pasajera y que podemos manejarla. Esto requerirá permitir que el pensamiento suceda y que convivas con él, sin tomar acción para combatir el estrés. Desarrolla tus habilidades de tolerancia al estrés con estas 4 acciones:
Reconócela
¿Cuál es la emoción? ¿Puedo describirla? ¿Dónde la siento en el cuerpo?
No seas juiciosa
Trata de no asociar la emoción detonante como buena o mala, correcta o incorrecta; simplemente déjala ser, no es ninguna de esas cosas; solo es.
Usa imaginación o visualización
Diferentes personas usan diferentes imágenes. Un ejemplo podría ser imaginar tus pensamientos como nubes, flotando una por una, y tú eres el observador, solo observas. Déjalas ir y venir como si estuvieras echado en el pasto mirando hacia arriba las nubes en el cielo.
Recuerda que siempre estás en el ahora
Después de ver estos pensamientos ir y venir, y experimentar una reacción negativa, podrías ahora tal vez llegar a una conclusión sobre esta práctica después de ver los pensamientos intrusivos por lo que son realmente: pensamientos. Hazte acordar que aún estás aquí, que estás respirando y estás en el ahora, no en el pasado o el futuro.
Pasa un tiempo observando tus alrededores, re-enfócate en el ahora. Un ejercicio de respiración o una técnica de distracción puede ayudarte con esto.
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