
La mayoría de nosotros ha experimentado una ruptura, pero no todos encontramos un cierre. Las rupturas activan todos nuestros traumas y problemas de apego no resueltos, y si no nos tomamos el tiempo para procesar completamente la ruptura y cuidarnos con apoyo, es posible que nos quedemos con sentimientos no resueltos. (si quieres saber más sobre el apego te invito a revisar mi blog: Explorando nuestros problemas de apego). Es cuando nos quedamos con esos sentimientos guardados cuando no llegamos a experimentar el tan ansiado cierre.
Pero ¿Qué es el cierre? Se preguntarán algunos. El psicólogo social Arie Kruglanski utilizó la frase "la necesidad de un cierre" en 1990. A lo que se refería era a la necesidad o impulso psicológico que tienen nuestros cerebros de organizar y comprender una situación. Si has experimentado una ruptura, probablemente estés familiarizado con el proceso de revisar mentalmente todas las cosas que sucedieron en el transcurso de tu relación. El proceso de reflexión generalmente incluye notar todos los diferentes sentimientos que están asociados con la ruptura y organizar tus pensamientos sobre la narrativa de lo que sucedió.
Investigaciones indican que distraernos hace que las personas se sientan mejor en general, pues la distracción es una forma de evitación, que se ha demostrado que reduce la recuperación de una ruptura, pero esta no influye en la disminución de la fuerza de los sentimientos hacia nuestra expareja. Los resultados de las investigaciones psicológicas sugieren que el cierre debe implicar alguna forma de procesamiento de lo que sucedió, sin culpar a nuestra expareja, así como sentarse con todos los sentimientos difíciles asociados con la ruptura en lugar de evitarlos.
Procesar el final de una relación es importante por muchas razones. Nuestros cuerpos necesitan constantemente experiencias de resolución. Especialmente si hay una desregulación en tu sistema nervioso después de una ruptura, como la aparición de ansiedad, sueño interrumpido, síntomas depresivos o pensamientos preocupantes. Estos síntomas son indicadores de que tu cuerpo te informa que un proceso se ha interrumpido.
Sin un cierre, puedes volver a una relación que no funciona o no es saludable, o puedes estar en peligro de repetir los mismos patrones en tu próxima relación. Además, lograr un cierre te permite estar abierto y listo para dar la bienvenida a otras personas a tu vida.
Cómo llegar realmente a un cierre
Estar en una relación es una experiencia continua de contacto con otra persona. Como seres humanos, nuestros sistemas están programados para el apego, y durante una relación nos orientamos hacia este otro ser humano con nuestros cuerpos, nuestros pensamientos y nuestros patrones de comportamiento. Y al igual que se necesita tiempo para aprender a amar a esta persona, se necesita tiempo para desaprender cómo amarle.
Un aspecto importante de la recuperación de la ruptura es un proceso llamado "reorganización del autoconcepto", que es un proceso de reconstrucción y fortalecimiento de la identidad autónoma, independiente de la relación.
Durante el proceso de formar una relación con alguien, nuestra identidad se expande y evoluciona. La intimidad es inherentemente un proceso vulnerable, e implica abrirse a otra persona y encontrar la historia, necesidades, gustos, disgustos, valores, ideas y sueños del otro. Cuando te encuentras con alguien de una manera tan íntima y vulnerable, esa persona te cambia. Esto no significa que te "pierdas" en la otra persona, aunque eso puede suceder, sino que nuestra identidad se expande a través del contacto interpersonal con el otro.
Dependiendo de la situación de ruptura, es posible que nunca sepamos la razón exacta por la que las cosas no funcionaron, pero analizar tus pensamientos y sentimientos te permite llegar a una sensación de cierre lo suficientemente satisfactoria. Durante el proceso de reflexión, es importante hacerse la pregunta: "¿Cuál fue mi parte?" Sin culparse a uno mismo, explora cómo contribuiste a cualquier aspecto de la dinámica de la relación que considerarías "negativo" o "no deseado". Pregúntate: "¿Veo un patrón de relación en mi vida?"
Reflexionar sobre tus patrones de relación y examinar tu parte en el quiebre desarrolla tu capacidad para la "metacognición", que es la capacidad de ser consciente y comprender los propios procesos de pensamiento. Si notas patrones negativos en las relaciones de tu vida, puedes comenzar a reflexionar sobre cómo tu historial de apego de desarrollo temprano podría estar impactando en tus relaciones actuales. Si notas un patrón o historial de abuso, negligencia u otros patrones inapropiados o insatisfactorios, puede buscar apoyo terapéutico.
Recuerda que tu capacidad para reflexionar y asumir la responsabilidad de lo que experimentas como frustrante, hiriente o insatisfactorio significa que puedes comenzar a tomar nuevas decisiones y participar en nuevos comportamientos que traen más satisfacción a la relación.
Pero sobre todo ten paciencia. Sé que es difícil lograr un cierre y estoy aquí para ti. Superar una ruptura lleva tiempo. Tenemos que seguir observando los antojos y los pensamientos y sentimientos asociados a los procesos de cierre. Recuerda que cuentas conmigo.
Un abrazo muy fuerte.
Pao.
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