Si estás en una relación, o alguna vez has estado en una, sabes que la comunicación es clave para que ésta tenga éxito. Numerosos estudios han identificado la comunicación (o la falta de ella) como una de las principales razones para acudir a terapia de pareja, así como una de los principales motivos para la ruptura o el divorcio. De hecho, la mayoría de las parejas que asisten a los retiros matrimoniales señalan que la mala comunicación, ya sea durante conflictos u otras conversaciones de suma importancia, es un factor clave que contribuye al debilitamiento o la ruptura de la relación.
Hay muchas herramientas para mejorar la comunicación en el contexto de una relación, pero quizá lo más importante será que las parejas comprendan que, al tratarse de comunicación saludable y productiva, cualquier habilidad y herramienta debe nutrirse de una base sólida de principios para poder ser efectiva. En otras palabras, no se trata simplemente de cambiar nuestras estrategias de comunicación, más bien, el componente crucial es lograr un cambio en nuestros corazones.
ENSALADA DE MIEDO Y PAPAS
Imagina que haces una ensalada de papas para una fiesta a la que fuiste invitada. La preparas el día anterior, usando ingredientes frescos y de alta calidad, como solía hacerlo tu abuela. Cuando entras a la cocina al día siguiente para agarrar la ensalada, te das cuenta de que la dejaste afuera toda la noche, y ha estado horneándose bajo el sol durante horas. ¿Qué tienes ahora? Así es, tienes una ensalada de papas podrida. Puede verse bien, pero si alguien la come, corre el riesgo de enfermarse.
Entonces, ¿Qué haces? ¿Cómo se puede reconstituir la ensalada de papas en mal estado? ¿Puedes cortar más huevos cocidos y colocar las rodajas encima con una ramita de perejil? No, porque la ensalada de papas podridas sigue ahí a pesar de cualquier cosa que le pongas encima para intentar hacerla bonita.
El punto es que a veces todos tenemos una ensalada de papa podrida en nuestros corazones por experiencias pasadas que han causado dolor, así como tenemos miedo de repetir esas experiencias negativas. Al tener conversaciones importantes con nuestra pareja, a menudo tememos que el otro no esté escuchándonos del todo, que no identifique lo que realmente estamos tratando de decir. Resentimos su falta de validación y empatía. Nos sentimos heridas y poco respetadas, por sus palabras desagradables o su lenguaje corporal. Odiamos no encontrar una solución duradera a problemas interminables.
En casi todos los casos, ambos han desarrollado estos miedos y resentimientos, lo que les ha vuelto hipersensibles y propensos percibir cada desaire o desliz que pueda cometer la otra persona. Esto generalmente da como resultado que ambas personas se muevan de forma excesivamente cautelosa alrededor de la otra y eviten conversaciones significativas e importantes por temor al conflicto.
EL ANTÍDOTO PARA EL MIEDO
Entonces, si el miedo es el enemigo de la comunicación saludable, ¿cuál es el antídoto? La seguridad. Cuanto más busques ayudar a tu pareja a sentirse seguro en las conversaciones, más probable será que encuentres soluciones deseadas y mutuamente satisfactorias frente al conflicto. Cuando nos sentimos seguros, podemos hablar de cualquier cosa de manera saludable. Por el contrario, cuando sentimos miedo, incluso una conversación sobre algo tan inofensivo como el clima puede salirse de control.
Debido a que todos procesamos nuestras palabras y comportamientos a través de lo que sea que esté en nuestros corazones, la clave del éxito estará en traer de vuelta a su centro los principios que representan la seguridad. Estos son algunos de esos principios clave:
Capacidad de asumir responsabilidad
Perspectiva
Paciencia
Integridad
Amabilidad
Humildad
Reconocimiento
Respeto
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