Cualquiera que haya intentado alguna vez tomar una decisión -pequeña o grande- con su pareja sabe lo difícil que es. ¿Por qué es tan difícil? Cuando estás soltera, tus decisiones son tuyas; sólo requieren una aceptación personal y normalmente tienen muy poco impacto en otras personas. (O al menos eso es lo que te dices a ti mismo). En cambio, cuando estás en una relación comprometida, las decisiones requieren la aprobación de ambas partes y casi todas las decisiones que tomas tienen un impacto en tu pareja.
DECISIONES: SOLTERO VS. PAREJA
Una vez que dos personas inician una relación, el número de decisiones que deben tomar por su cuenta disminuye considerablemente porque sus respectivos círculos de decisión se superponen. Esto no se debe necesariamente a que todas estas decisiones deban tomarse conjuntamente, sino a que casi todas las decisiones que se toman individualmente en una relación tienen un impacto en la otra persona. Para mantener una relación sana, cada miembro de la pareja debe tener en cuenta al menos a su cónyuge a la hora de tomar decisiones. Tanto si toman decisiones juntos como si se tienen en cuenta decisiones individuales.
Sin embargo, el grado de superposición de los dos círculos de decisión depende de ti y de tu pareja, y es diferente para cada pareja. Aun así, cuantas más decisiones pueda compartir la pareja y/o confiar en el juicio del otro, mejor. Si uno o ambos miembros de la pareja toman excesivas decisiones unilaterales, tarde o temprano la relación se resentirá.
Cada decisión que toman juntos con éxito los acerca el uno del otro, esto hace que se profundice la conexión y aumente el nivel de confianza en el que se cuidan mutuamente, poniendo las necesidades del otro al mismo nivel (si no por encima) que las del otro. Cuando empiezas a funcionar como si las necesidades de tu pareja fueran las tuyas propias y te responsabilizas totalmente de sus sentimientos, entonces has conseguido una relación tridimensional. Este es el nivel más evolucionado y sostenible de una relación, y es donde deberíamos esforzarnos por llegar.
TRES PRINCIPIOS PARA LA TOMA DE DECISIONES CONJUNTA
Para pasar a la acción de forma eficaz, hay tres principios que debes seguir a lo largo del proceso:
Comunicación.
Comprender la perspectiva del otro. ¿Cómo ven las cosas? Deja que te diga lo que ve y lo que cree que es verdad. Asegúrate de que entienda que su aportación es valiosa y contribuye significativamente al resultado, a la decisión final.
Respeto.
Cuando tu pareja toma sus propias decisiones, debes respetar abiertamente y sin reservar tu criterio y permitirle la libertad de triunfar o fracasar por sí mismo.
Confianza.
Cuando tomes tus propias decisiones, debes demostrar a tu pareja que puedes tomar buenas decisiones por ti misma. No es lo que hacemos de vez en cuando lo que da forma a nuestra vida, sino lo que hacemos constantemente lo que hace un cambio duradero.
Mientras ambos se comuniquen entre sí, se respeten mutuamente y tomen individualmente decisiones fiables, su relación se fortalecerá y prosperará.
La toma de decisiones en las relaciones es una gran prueba de fuego para la salud de la relación, puede hacer que una pareja se convierta en un éxito o un fracaso. En última instancia, las decisiones personales que tomamos definen quiénes somos. Son la diferencia entre el éxito y el fracaso. Es lógico que la toma de decisiones sea igualmente importante a la hora de definir quiénes somos dentro de nuestras relaciones, e incluso que conduzca a nuestros éxitos y fracasos en la relación. Todos estamos destinados a pasar por momentos difíciles con nuestra pareja, y cuando eso ocurra, recuerda este sencillo mantra: "Respeto tus decisiones, soy digna de confianza con mis decisiones y me comunico a través de nuestras decisiones". Cuando los cimientos de una relación se construyen sobre los pilares de la comunicación, el respeto y la confianza, entonces está destinada al éxito.
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