Todo buen fan de Harry Potter, la serie de fantasía escrita por J.K. Rowling, ha escuchado al menos una vez una de las frases icónicas de uno de sus personajes llamado Albus Dumbledore. Él dice que las palabras son, en su no tan humilde opinión, nuestra más inagotable fuente de magia, capaces de infringir daño y de remediarlo. Y es que siempre lo son, porque con el lenguaje creamos nuestra realidad y forjamos el mundo que nos rodea.
Nuestras palabras tienen el poder de aliviar sufrimientos y romper corazones, de inspirar a algunas personas y atemorizar a otras.
Y así cómo el lenguaje juega un rol en nuestro impacto con el mundo que nos rodea, también juega un rol en nuestras relaciones de pareja. Es con el lenguaje que forjamos aquella relación, y es con el lenguaje cómo establecemos los roles, hacemos promesas, realizamos pedidos y expresamos nuestro amor. Y es también a través del lenguaje como podemos predecir si es que alguien en la relación está a punto de terminar una relación.
Por ejemplo, las personas que se enfrentaban a rupturas inminentes suelen usar el pronombre "yo" con más frecuencia hasta tres meses antes de su ruptura.
En general, el lenguaje de las personas que van a romper con su pareja suele ser menos formal y más personal. Esto se puede deber a que la persona que piensan terminar la relación experimenta una caída en el pensamiento analítico y un aumento en el procesamiento cognitivo. Esto significa que esa persona está pensando mucho, o está trabajando mucho en algo, pero, sobre todo, se esta enfocando más en sí mismo. Es importante resaltar que cuando las personas están tristes, tienden a concentrarse en sí mismas y no pueden relacionarse tanto con los demás.
Estar atentos a estos sutiles cambios de lenguaje puede ayudar a las personas a brindar apoyo a sus seres queridos antes, durante y después de que atraviesen una ruptura. Pero ¿Cuáles son estos cambios o signos sutiles? Algunos de ellos son:
Luchas constantes: Cuando una relación ha seguido su curso, puede ser difícil para los socios encontrar el terreno común y el sentido de conexión que una vez estuvo allí. Como tal, las peleas pueden volverse más frecuentes y acaloradas, ya que probablemente sean un síntoma de problemas subyacentes. Por lo tanto el lenguaje se convierte en más combativo.
Apatía: No pelear en absoluto tampoco es una gran señal, ya que es una indicación de apatía y descuido. Cuando una o ambas partes ya no quieren trabajar en las "cosas", es una gran señal de que la relación está desapareciendo, lo que hace que dejen de conversar y haya grandes silencios incómodos.
Uno (o ambos) no está buscando ayuda: Buscar la ayuda de un profesional con licencia, ya sea para terapia individual o de pareja , puede ayudar a reparar algunas de las grietas en una relación. Pero una pareja que elige no ir a terapia o buscar ayuda, especialmente si el otro lo ha sugerido o alentado, es otro signo de indiferencia hacia la relación.
La constante necesidad de un descanso: Las relaciones deben sentirse satisfactorias, de apoyo y, como mínimo, agradables. Una relación que probablemente termine será aquella en la que uno o ambos miembros sientan la necesidad de tomar un descanso o alejarse el uno del otro de forma regular, por lo cual su lenguaje corporal denotará distancia.
El soñar despierto con la soltería: Además de querer un descanso, puedes fantasear con estar soltero si tu relación no es la que quieres. Si bien es normal perderse algunos de los beneficios de estar soltero de vez en cuando, si constantemente sueñas despierto con una vida sin tu pareja, eso es una señal de que la relación no te está satisfaciendo. Algunas de las expresiones que puede usar son: “necesito vacaciones solo” o “extraño a mis amigos”.
Dejar de ayudarse mutuamente: Las relaciones saludables no solo son de apoyo, sino que implican compromisos y hacer todo lo posible para ayudarse mutuamente. Entonces, otra señal de que la relación está en fracaso es "no querer hacer sacrificios o hacer cosas que podrían ser un inconveniente para apoyar o satisfacer las necesidades o deseos de la otra pareja”. Y es que la naturaleza del amor está en el servicio.
Evitarse: Esto se ve con claridad cuando la pareja da prioridad a otras actividades o amistades sobre la relación de manera frecuente. Dedicar tiempo individual es saludable, pero cuando la relación no genera tiempo de calidad para que cada uno equilibre sus necesidades individuales, es una señal de que esta relación puede no lograrlo.
No poder imaginar el futuro juntos: Aquí no hay mucha ciencia. Si uno no puede imaginarse un futuro juntos es porque, probablemente, no sea algo que mueva al corazón. Que te diga la otra persona que no está segura de si podrán vivir juntos o seguir los mismos sueños es una bandera rojo.
Querer cosas diferentes: Esto a menudo puede ser la caída inicial de una relación, ya que se dan cuenta de que pueden querer cosas diferentes que no son negociables. Quizás uno quiere tener hijos y el otro no, o uno es religioso y el otro no. Algunas cosas pueden verse comprometidas, pero otras simplemente no.
Todo lo que el otro hace molesta: Si la pareja ni siquiera puede sonarse la nariz sin que uno se sienta inexplicablemente enojado, algo definitivamente no está bien.
Y estos no son todos los cambios que uno puede observar. Es importante estar atentos a la forma de las expresiones, las palabras que usa, la seguridad en el tono de voz, entre otras cosas. Tener una mejor lectura de la realidad siempre nos ayudará a tomar mejores decisiones.
Mucho ánimo,
Pao.
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